CONSIDERACIONES ETICAS

Como en todo procedimiento tanto invasivo o no invasivo, se debe tener previamente un consentimiento informado en donde se consta de que el paciente está de acuerdo con el procedimiento; y los beneficios que conlleven pero a la vez posibles riesgo que se pueden presentar durante la manipulación medica. A si mismo se debe tener en cuenta los principios bioéticas presentes y enunciados a partir de la década de los 70 pronunciados por ‘’National Comission for the protection of Human Subjects of Biomedical and Behavorial Sciences dando así 4 principios que son la Autonomía, la Beneficencia, No maleficencia y la justica’’ que en pocas palabras se puede enunciar que se debe hacerle el bien y ante todas las circunstancias respetando las decisiones de los pacientes. Como se puede ver en el siguiente diagrama:


Figure 1 COBDE, FERNANDZ. Fernando. La cesárea. Una perspectiva bioética. Academia de ciencias e ingenierías de Lanzarote. 14 de diciembre 2009. Disponible en internet. http://www.academiadelanzarote.es/Discursos/Discurso%2036.pdf. Citado el día 15 del 10 del 2012.

Teniendo claro lo principal para desarrollar cualquier procedimiento, ya hablando de la cesárea se puede nombrar el dilema ético en torno a la operación que deriva de la existencia de dos vías por las cuales se puede resolver un parto, y el obstetra debe juzgar en cada caso particular cuál de estas dos vías representa lo mejor para su dos pacientes que son la madre y el feto. La cesárea por ser un tratamiento, tiene unas indicaciones y su único objeto es asegurar la salud de la madre y de su hijo, por lo que solo se debe indicar cuando un parto vaginal sea riesgoso para ellos. Pero este procedimiento representa un riesgo mayor que el parto vaginal, por su complejidad y las situaciones de apertura del abdomen para la extracción del feto.
Cuando el cálculo riesgo-beneficio se encuentra en un estado de equilibrio dinámico, surgen los dilemas éticos relativos a la promoción rutinaria de la cesárea electiva como parte del proceso de consentimiento informado. El resultado es un conflicto ético entre los derechos del paciente a que su decisión autónoma sea respetada y el respeto a la autonomía del médico a actuar de acuerdo a la práctica médica aceptada. Ya que para proteger a ambos pacientes, el médico debe asegurarse que la paciente comprenda los riesgos de la cesárea para sí misma y para su hijo(a), apreciando que estos riesgos pueden ocurrir y está capacitada para tomar una decisión voluntaria. Otro de los dilemas que se puede presentar es los incentivos de tipo económico o criterios basados en la medicina defensiva, como tampoco consideraciones de tipo economistas que defienden al parto vaginal solo por representar un ahorro económico, que sean a nivel de la asignación de recursos, no pueden participar en la decisión del médico por encima del criterio de salud para sus pacientes, ni tampoco por sobre la autonomía de la madre.
Surgen muchos dilemas, los cuales se deben tener claridad de las decisiones y de la mejor oportunidad para la madre y el hijo teniendo la responsabilidad de las dos personas (médico-paciente) en la toma de la mejor elección para el bienestar de la salud de la materna y el feto. Por consiguiente se debe seguir los postulados de la biótica anteriormente mencionados.